Hace unos días recibí, como es
habitual desde su creación, las novedades editoriales de Arpa,
pequeña editorial que apuesta por el ensayo. Tiemblo al ver un
nombre: Stephen Smith, a quien tristemente conocí por su
nefasto Négrologie (2002), que de forma tan lúcida y
necesaria denunciaron en otro libro (Négrophobie) mis
queridos François-Xavier
Verschave, Odile
Tobner y Boubacar
Boris Diop hace ya más de 15 años. Tiemblo también al
leer el título de ahora: La huida hacia Europa. La joven
África en marcha hacia el Viejo Continente. Una sola frase
consigue alcanzar el gran fantasma que parece recorrer Europa
desde hace siglos, demasiados siglos, y que hoy en día reaparece con
fuerza: invasión.
Escribo al editor de Arpa y le muestro
mi consternación por promover un libro que abandera de una manera
tan evidente este imaginario y todo lo que comporta: racismo,
discurso del odio, violencia... Su respuesta, es evasiva, para
limpiarse la conciencia -supongo-. “En definitiva -concluye el
editor en su mensaje-, no creo que haya de qué consternarse”.
Pero a mí me deja totalmente consternado. Más todavía después de
su respuesta.
Existen varios artículos, en francés,
que analizan el libro en cuestión. Uno de ellos, de Julien Brachet,
me ha parecido muy acertado y por esto lo he traducido. Hoy El
Salto lo publica. Valga esta breve nota introductoria como
agradecimiento a Brachet, al Salto y a todos los que
intentan desmontar las tesis de Smith.
El extenso artículo de Brachet puede leerse en: